miércoles, 13 de agosto de 2014

REPORTAJE:


Arribando a Valle de Bravo.


Al llegar a esté pueblo, lleno de agua, con una naturaleza hermosa, gente amable, calles limpias, sin contaminación en el ambiente y muchos turistas; cabe mencionar, que las calles son empedradas y todos los establecimientos son muy parecidos, en la entrada tienen el nombre del negocio incrustado en madera, la cual, esta colgando o bien, pegada en la pared; esta es una de las características de lo que hace a Valle de Bravo, un pueblo mágico.

Nuestra primer parada fue en un mercado ya que el hambre se presentaba en nuestros cuerpos.


Este mercado es exclusivo de gastronomía, donde puedes encontrar: quesadillas, tacos de barbacoa, consomé, flautas (tacos dorados) sopes, jugos, todos y cada uno de estos establecimientos tenían lo mismo pero obviamente con diferente sabor.
A la entrada del mercado toda la gente de los establecimientos se acercaron a nosotros ofreciéndonos degustación de sus producto, por su puesto sin costo alguno solo para que decidiéramos que lugar era el más sabroso, pero como ya era más nuestra hambre que las ganas de estar buscando donde sabía más rico, decidimos escoger al azar; nos sentamos a degustar el desayuno, comida tan importante en el día, durante la espera de nuestros alimentos, me pareció sorprendente como niños desde los cinco años rondan por las calles sin sus padres ofreciendo sus productos artesanales o pidiendo dinero para poder comer y tomar algo.

Una vez terminando de alimentarnos, nos dirigimos al lago; pero esa es otra historia.

Por: Miriam González.



Antes de Almorzar. 
Fotografías: Karina Pérez y Alejandra Palacios.


2 comentarios:

  1. No hay mejor lugar para comer en un pueblito que no sea un mercado <3

    ResponderEliminar
  2. Miriam:
    este texto periodístico es más una crónica que un reportaje. REcuerda que el reportaje es una investigación periodística.
    Saludos

    ResponderEliminar